Ron MueckMi primer contacto en directo con uno de los personajes creados por Mueck fue en Melbourne, en la NGV. Cuando uno se dispone a pagar la entrada se topa de narices con un señor en paños menores no muy alto de estatura y esteticamente feo , su cantidad de vello por decirlo sutilmente,innvadía practicamente todo su cuerpo y una barriga prominente hacia el horizonte de tal vez por mas de un exceso en la vida , no nos resultaría agradable ni apetecible a primera vista. Curiosamente uno esta a su vera y si le miras de reojo, esta figura parece cobrar vida y poco a poco me va pareciendo menos hostil, hasta casi encontrarle cierta simpatía. Y es que ante tal derroche de realidad, o mejor dicho supra realidad, al final uno no tiene mas remedio que aceptarle no como un ser inerte y sin vida, sino como alguien que esta dispuesto a entablar una conversación y hacerte partícipe de su historia y de su vida.
Esta extraña sensacion de conectar con estas singulares esculturas me ha sucedido de nuevo en la Fundation Cartier de Paris donde actualmente se celebra una exposición del artista australiano. No mas de nueve obras consta la muestra, - seis de reciente manufactura y tres producidas especialmente para la muestra- pero mas que suficientes para ponernos los pelos de punta ante tanta maestría en cuanto a imagenes realistas se refiere..Ron Mueck trabaja igualmente sus personajes tanto a pequeña, mediana como gran escala. Su pareja de amantes sentados bajo una sombrilla para cubrirse del sol, son un buen ejemplo de la extraordinaria sensibilidad y con que riguroso y delicadísimo tacto trabaja cada uno de sus figuras. Podemos sentir cada poro de la piel, una serenidad latente en sus flacidos y ya casi marchitos cuerpos de avanzada edad, y sin embargo siendo figuras de gran envergadura, casi gigantes, nos trasmiten una gran dosis de fragilidad y ternura.No menos interesante por ser de menor tamaño son el resto de las obras, entre las que destacaría "women with shopping bags" portando en su regazo un bebe, de sus brazos penden dos bolsas repletas de la compra diaria, una mundanidad terrorífica que nos adentra en un mundo insólito y que tiene multiples lecturas. Esta figura no llega al metro de estatura, pero los rasgos y actitud de la mujer son tan veraces que ante nuestra mirada se hace grandiosa, y asi podriamos decir de cada una de las obras de Mueck.Los visitantes ante la obra de Mueck se sienten inseguros y sin saber ni esperar que se puede encontrar en cada esquina de la galería. Es común ver a el circunstante mantener la vista quieta contemplando estas esculturas y siendo partícipes de la gran destreza de Mueck al fabricar y recrear piel, pelo, ojos o dientes. Realizadas en arcilla y resinas, una vez finalizadas estas versiones de humanos - mas que simples esculturas-, nos permiten casi degustar sus flácidos pliegues de la piel, los poros de cada cabello y los palpables brillos del sudor.My first contact with one of the characters created by Müeck was in Melbourne at the NVG. When someone pays the entrance fee, a scantly clad gentleman is in your face, not very tall in stature and aesthetically ugly. His quantity of hair, to put it subtly, invaded practically all his body and a prominent belly points out to the horizon, perhaps by more of one excess in life, it wouldn't be pleasant or appetizing at first sight. Curiously,one is beside him and if you look at him a glance, this figure seems to come to life and little by little I see him less hostile, until almost find him certain empathy. And is that faced with such sate of reality, o better said above-reality, at the end one has not choice but to accept him not as inert and lifeless, but as someone who is willing to engage in a conversation and get involved in his history of life.
This strange feeling of connection with these unique sculptures happened to me again in the Cartier foundation in Paris, where currently it being held an exhibition of the Australian artist. The display, consist of no more than nine oeuvres, six of recent manufacture and three produced specially for the event, but more than enough to raise the hairs of your neck of before such mastery in terms of realistic images.
Ron MÜeck works equally their characters both to small, medium and large scale, His pairs of lovers sitting under a umbrella to cover the sun, is a good example of the extraordinary sensitivity and with that rigorous and very delicate touch works each of his figures, we can feel each pore of the skin, a latent serenity in their flabby and already almost withered bodies of advanced age, and yet still large figures almost giants transmit us a large dose of fragility and tenderness.
No less interesting by its smaller size are the rest of the works, among I would highlight 2Women with shopping bags" carrying in her lap a baby; her arms hanging two bags full of the daily shopping, a terrific worldliness that take us into a insolite world with multiple readings. this figure is not even a meter tall, but the traits and attitude of woman is so truthful that before our eyes become grandiose. And so we can say of everyone of Mueck's works.
The visitors before the work of Müeck feel insecure and without knowing or expecting that can be found in every corner of the gallery. It is common to the visitor maintain the view still contemplating these sculptures and being partakers of the great skill of Australian artist to manufacture and recreate every small part of the human body. Made of clay and resin frames, once completed therese versions of humans - more than simply sculptures-, we allow almost taste their flabby skin folds, the pores of the hair or the tangible sheens of sweat.
lunes, 1 de julio de 2013
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