miércoles, 9 de mayo de 2018

Jennifer Steinkamp. La vida alegre tras una pantalla


Hace algunos meses estaba preparando una clase para mis alumnos sobre como se ha representado el Invierno en el Arte. Buscando información sobre últimos lenguajes del silgo XXI, apareció ante mi una serie de imágenes que me impactaron de forma instantánea. Unas  formas cubicas a modo de semi esferas de cristal, se presentaban ante mi incrédula mirada, estas "media naranjas" eran pantallas de video de las que fluían todo tipo de elementos de la naturaleza moviéndose en un universo de luz y tinieblas. Averigue que pertenecían a una artista norteamericana nacida en Minnesota, Jennifer Steinkamp. Simplemente quedé rendida a sus pies...

Algunos Meses mas tarde, en un viaje a mi Madrid natal, me enteré que la Fundación Telefónica hacia una muestra de la artista norteamericana. Uno se podrá imaginar, la emoción que experimenté y a sabiendas  que ni mucho menos era la única exposición interesante en la ciudad, lejos de ser así, decidí decantarme por esta mujer que había llamado a la puerta de mi interés por el arte digital y por conocer mas obras de la misma, así que me dejé llevar para ver, sentir, disfrutar de cada una de sus creaciones. ¡Que mañana tan acertada! Si a este hecho se le añade el hecho de ir acompañada de cuatro de mis hermanas, todas ellas amantes del arte y dispuestas a aprender, ¡que más podía pedir!. Todo era perfecto, la  compañía, la poca audiencia en la galería.... Y por supuesto los grandes paneles de video llamándome a gritos a adentrarme en un mundo digital de flores y hojas jamás anteriormente vivido. Ahí comenzó mi historia de amor por esta artista, y es que su obra incita a experimentar en nombre propio una experiencia extra-sensorial. 

  
Derviche (2004)

Al entrar en la Galería de la Fundación Telefónica te encuentras de frente con la obra DERVICHE (2004), en la cual tres arboles agitan sus ramas y hojas sin dilación, sin pausa, adentrándonos en movimientos circulares apenas perceptibles por su inmediatez, basados en los movimientos de la danza derviche, -danza realizada por los sacerdotes de la secta mevlavi del Islam, durante la cual sus cuerpos y cabezas giran  sin parar alrededor de si mismos hasta entrar en trance y entrar en conexión con un ente superior divino-. Los arboles de Steinkamp cambian de color, pierden sus hojas y renacen de nuevo, pero sus raíces se mantienen firmes ancladas a la tierra.

La primera vez que utilizó en sus obras digitales las flores fue en 2002, tras la caída de las Torres gemelas, ella no entendía la postura de EEUU contra Afganistán. El hecho de no poder manifestarse ante  esas declaraciones, provocó que su forma de critica y análisis de lo sucedido fuera a través de una obra a la que llamo Jimmie Carter, elegido por ser el único presidente mas pacifista. Para esta obra creo una serie de franjas verticales florales, tras una serie de trabajos de corte mas abstracto. Por primera vez introducía flores y guirnaldas cayendo a modo de cascada.

Madame Curie (2010), se trata de una instalación que hizo ex profesa para el Museo Contemporáneo de San Diego, y que parte de la misma se ha podido ver en La Fundación Telefónica; esta obra fue creada cuando viajaba de San Diego a Los Ángeles, en ese trayecto tan "seguro" habitaba una central nuclear, en principio ya en desuso. Le llamo la atención sobremanera, a lo que respondió investigando y estudiando acerca de la energía y armas nucleares. Este profundo estudio la llevo hasta Marie Curie cuyos hallazgos siguen sorprendiéndonos hoy en día, así que invirtió todos los pensamientos negativos que tenía y los reconvirtió en flores, millones de flores de distintos tamaños, formas, colores, que la descubridora del rodio y el polonio siempre tenia presente en su vida. Madame Curie apareció como homenaje a esta mujer apasionada de las flores.


Madame Curie (2010)

Desde muy pequeña, floreció en su interior su pasión por la naturaleza y por la creación, convirtiéndose en una de las artistas actuales mas renombradas sobre Arte Digital. Su lenguaje artístico siempre ha estado muy unido a las nuevas tecnologías y al Media Art. Sus instalaciones conectan con la arquitectura del lugar bien en pantallas gigantescas de video, bien sobre edificios o sea con estructuras creadas especialmente para el espacio requerido.   

Vayamos a sus conocidas y exóticas FOUNTAIN WINTER (2017), se trata de cuatro cúpulas de gran altura situadas en un parque de Philadelphia, Benjamin Franklin. Significan una recreación de las fuentes en invierno. Una vez mas estudio e investigó al máximo sobre el creador del la electricidad estática, llegando a la conclusión que ésta y los rayos son lo mismo: representan lo que ocurre en las nubes, las partículas en movimiento, el roce y su formación en rayos. La primera vez que las ví – a través de internet, mientras buceaba y nunca mejor dicho, aparecieron estas medias-bolas mágicas con especies minerales y florales que se movían en un magma extraño y viscoso- pensé que se trataba de una nueva obra de Mario Merz, artista reconocido internacionalmente por sus instalaciones matéricas en forma de iglú. Considerado uno de los máximos representantes del “Arte póvera”, al contrario de Steinkamp que su trabajo es todo creado digitalmente, el artista milanés articula todas su obras a partir de materiales pobres dotándoles de un nuevo significado, criticando precisamente la tecnología y la sobre industrialización. Sus “iglús” como estructura simbólica hablan del vacío del pensamiento actual. Merz equipara al artista con el hombre-nómada, de ahí que el iglú sea el hogar transitorio, que siempre está en movimiento como el arte que es a su vez también cambiante. Es en el movimiento donde se acercan los dos artistas, Merz de forma simbólica y conceptual y Steinkamp con animación 3D. El estatismo de Merz en la artista de Minnesota se transforma en movimiento aleatorio, sin rumbo ni trayectoria fija, unas  formas extrañas enjauladas en esas bellas cúpulas digitales gravitan pausadamente en su interior. 




MARIO MERZ iglú 1984
JENNIFER STEINKAMP
Winter Fountains, 2017
Various sites, Benjamin Franklin Parkway, Philadelphia, PA

Para este tipo de obras se inspiro en los escritos sobre Cosmología y Orígenes de vida en nuestro planeta, de Stephen Hawkins, siguiéndole en sus estudios sobre la Teoría de la superficie Panespermia: un meteoro atraviesa la atmósfera y los microbios de su  superficie generan la vida de un planeta. Steinkamp para su video-instalación  creo esteroides con grafito como elementos venidos de otro planeta y lanzados al espacio, el resultado es multitud de formas volcánicas, orgánicas, e incluso flores que se mueven en las cúpulas digitales invitándonos a ser participes de algo mas allá de lo puro dimensional.

En 2012 creó una obra para tres pantallas en grandes dimensiones para Times Square en New York. El gran espacio dedicado a las grandes paneles publicitarios Steinkamp se apodera de ellos y los convierte en un jardín con millones de flores. Botanic documentation for night moments (2015-2016), suponen todo un juego de percepciones. De hecho es toda una experiencia muy divertida cuando te pones delante de la obra, el video traspasa tu piel, tu cuerpo para transformarse, alinearse y zambullirte de pura realidad virtual. El resultado es asombroso, curioso y divertido, -con mis hermanas jugueteamos frente a la obra - cuerpos y animación digital se fundían en un solo espacio; rápidamente vino a mi mente la personificación de La Primavera del artista renacentista Archimboldo, en cierta forma esta figura convertida  con el paso del tiempo en símbolo del poder de los Habsburgo,  resucita al sobre-ponernos a la imagen digital. Interesantísimo el juego, podríamos hablar de estética relacional entre obra y espectador, cuyo resultado de juegos de luces y sombras caleidoscópicas sobre el rostro humano podríamos considerarlo cómo la actualización de "La primavera" del siglo XXI. Y no es en balde que tanto el artista milanés como la norteamericana acentúan en la mayoría de sus obras el interés y curiosidad por la botánica y la ciencia.

  
Jennifer Steinkamp (Fundación Telefónica Madrid) foto sobre video (2018) / Archimboldo La Primavera (1573)


A simple primera vista,  Still life” (2016) parece un homenaje en toda regla a las naturalezas muertas características sobre todo de la pintura del norte de Centro Europa a partir del siglo XVI. Las llamadas Still life han sido un género pictórico un tanto denostado a lo largo de la historia, pocas veces se le dio la categoría como con otros géneros como la pintura de historia, la mitológica, la religiosa ó el retrato entre otros. La artista de Denver, parte de la ironía que conllevan muchas de estas representaciones de bodegones florales. Su amor hacia la botánica y la flora, lo cristaliza creando su propio universo botánico; su “Still life” se podría denominar mejor Non Still life, al incluirlas en un espacio infinito en el que flores, semillas, frutas de todos tipos giran y se mueven, chocando unas con otras, acercándose y alejándose del espectador, como si fuera el limbo del universo , que viajan por el con tranquilidad, pero sin pausa ni descanso, manzanas, frambuesas, naranjas, ciruelas, peras, florecillas diversas y ramas giran en un loop continuo sobre si mismas.


Jennifer Steinkamp Still life (2016) video Instalation. / Severin Roesen.  Flowers and Fruit (1850-55). Oleo sobre lienzo

En cierto modo reaviva, reinventa los bodegones y naturalezas muertas del barroco flamenco, estas miles de flores y plantas que otrora se nos presentaban estáticas, inmóviles, Steinkamp las da vida y movimiento, convirtiéndose en un "tableau vivant" un espectáculo de la naturaleza en 3D.